lunes, 10 de septiembre de 2012

Cómo trabajamos

Una de las principales características de la trashumante, y quizás la más importante para nosotros, es la forma en que decidimos las cosas y como llevamos adelante los proyectos y actividades.

Todas las decisiones las tomamos de la manera más colectiva posible. Y esto, que ya de por si no es tarea fácil, se nos torna un gran desafío ya que los grupos que integramos la Trashumante son varios, diversos y residen en diferentes partes de nuestro país (más algunos grupos amigos de Chile y España

Cada grupo, además de trabajar en su espacio local, aporta discutiendo sobre las decisiones de nuestros proyectos nacionales y, en algunos casos, haciendo aportes concretos a los mismos, haciéndose cargo de actividades, de coordinar algunos proyectos y la red. Luego en cada actividad tratamos de participar todos o por lo menos tratamos que cada grupo este representado. Veamos como...

Cada fin de año se realiza un ENCUENTRO NACIONAL en donde participan la mayoría de los trashumantes, pero también compañeros de otras organizaciones y personas que se interesan y/o trabajan en el campo de la educación, el arte y la comunicación popular. Las temáticas y metodologías son acordadas previamente y responden a las problemáticas que consideramos son esenciales para seguir creciendo, ya que son discusiones que aportan nuevos aprendizajes en la construcción y organización popular.

El último día, de los tres que duran los encuentros, nos juntamos los trashumantes solamente y, además de evaluar lo hecho hasta el momento, delineamos en general como queremos seguir el año siguiente.

En marzo nos juntamos en MINI RED, que es el espacio donde una vez por año nos juntamos sólo los trashumantes (por lo menos un representante de cada grupo) y donde le damos forma concreta a cada actividad para ese año. Allí los distintos grupos asumimos tareas y responsabilidades para ese año. Elegimos al grupo coordinador de la Red (que cada año rota= No funcionamos como asambleas, en la trashumante no votamos. Llegamos a acuerdos generales y si no logramos alcanzarlos los dejamos en evidencia y abiertos para una próxima reunión o consulta grupal. Cada representante que va lleva las discusiones y acuerdos de su grupo. Esa es la clave: un ida y vuelta de los grupos a la red y de la red a los grupos.

Enredados

La concepción de trabajar en redes, fue fundamental. Si bien este concepto fue “usado” por el sistema y vaciado de su contenido conceptual original, en muchos de nosotros existió con las características con que surgió originalmente. Recordamos, que después del paso de las dictaduras por América Latina, el tejido social quedó destruido, como tan bien relata Víctor Heredia en su canción “Informe de situación”. Una red es justamente la posibilidad de estar juntos todos aquellos que pensamos que se puede construir otro país, con una lógica de construcción en nuestras cabezas y una pasión en nuestros corazones que nos identifica. Construir una red es un problema ideológico y también metodológico. Una cosa es formular la idea y otra llevarla a la práctica, por ejemplo el concepto de horizontalidad, que hoy está tan de moda. Nosotros acordamos plenamente con el mismo, pero el tema es cómo efectivamente ponerlo en práctica. Para que esto ocurra, “alguien” tiene que correrse del centro y “otros” tienen que ocupar los espacios. Por eso es que desechamos la tradicional concepción de liderazgos y preferimos hablar de “referentes”. En alguna medida todos somos referentes de todos. No puede obviarse que hay personas que por edad y experiencias adquieren un perfil de referentes fuertes. Justamente aquí está la concepción político pedagógica que facilite la construcción de la horizontalidad. Ya desde el año 1997, la reflexión que veníamos desarrollando sobre los contextos y nuestras prácticas, nos llevó a ciertas y determinadas intuiciones, algunas de las cuales fuimos reafirmando y otras desechando. Podríamos sintetizarlas en las siguientes:

La necesidad de pensar la realidad y propuestas transformadoras desde un nuevo paradigma. A fin de especificarlo nosotros nos ubicamos ideológicamente dentro de lo que serían las teorías críticas propositivas o emergentes latinoamericanas, que entre otros tienen basamento teórico en Gramsci y Paulo Freire. No nos parece que tal como han quedado las sociedades latinoamericanas después del paso del modelo neoliberal se pueda pensar con la misma lógica, propuestas y consignas de épocas anteriores. Justamente para que el paradigma nuevo saliera del posibilismo reinante, era necesario empezar a pensar desde lo imposible. Lo imposible solo se convierte en posible si se piensa en primer lugar desde nuevas prácticas, renovadas ideas, cambios actitudinales al interior de personas, grupos y movimientos y sobre todo teniendo en cuenta que cualquier transformación en esta época, debe ser imprescindiblemente constructiva. La crisis de representatividad que es un fenómeno que se viene gestando en la Argentina desde hace al menos una década, el descreimiento en todo lo que sea institucional, en casi todos los discursos y propuestas sistémicas, fue el signo característico de esta época. Percibirlo tiene que ver con valores y con la búsqueda de una íntima coherencia entre la palabra que pronunciamos y el gesto que expresamos.

Por todo esto es que nuestra propuesta no contempla cambios culturales, sociales y/o políticos, dentro de la actual sociedad, sino que apuesta al surgimiento de una nueva, en la impresión de que la crisis del paradigma viejo comienza a ser evidente. También por esto preferimos no anteponer la palabra “socialismo” a esta nueva construcción. Si bien es obvio que esta propuesta se referencia mucho más en las ideas socialistas que en una filosofía liberal, una mínima coherencia nos lleva a pensar que el nombre y los contenidos nuevos, deberán ser definidos entre todos. Tiene sus riesgos y somos conscientes de ello. Implica pensar la ciencia, los hechos, nuestra profesión y nuestras propias vidas, desde otro lugar. Por eso la proyección de acciones tiene que ser necesariamente diferente. Y la búsqueda también. Aunque las condiciones estructurales indiquen una realidad adversa, la construcción desde los sueños a los que no renunciamos, desde las utopías, cobran nuevo sentido. Un “nosotros” diferente. Un sol propio y colectivo.

De esta historia, nace el Proyecto Universidad Trashumante.

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